Siento un gran peso en todo mi cuerpo, mi respiración se me empieza a dificultar, estoy en una clara desventaja, pero no me voy a dar por vencida, no ahora que he llegado muy lejos, no ahora que el plan depende de mí y de este ritual. El tiempo que pasa se me hace eterno, casi infinito, el dolor no desaparece y mi cuerpo quiere empezar a ceder por completo. Estoy cansada y agotada, una parte de mí se quiere dar por vencida, pero sé que no debo, sé que tengo que poner más fuerza de voluntad y resistir lo más que pueda, no voy a permitir que Rowan me domine. Una fuerte ola de valor se apodera de mí, mi corazón late con fuerza y estoy decidida a pasar este obstáculo. Al darse cuenta de mi cambio, Rowan sonríe con satisfacción, pero sigue tranquilo y sereno, algo en él ha cambiado y lo noto en sus ojos. Las runas de mi brazo están de color negro, pero algunas tienen pequeñas manchas blancas, aprieto con fuerza el brazo de Rowan, decidida a no darme por vencida. Las runas tardan mucho en
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