JULIETTA Habíamos pasado toda la mañana de compras. Evangelina había gastado una fortuna en ropa, según ella necesaria.Nos sentamos en un local del centro comercial, para el almuerzo. Era un local de comida rápida. Así que pedimos un par de hamburguesas, con papas y refrescos.Comimos en silencio, silencio que duro hasta que Evangelina se fijo en que unos chicos nos estaban observando. Eran tres chicos, dos de ellos catires de ojos verdes aunque uno se veía mayor por unos años que el otro. Eran muy parecidos, así que probablemente eran hermanos. El otro era un pelirrojo, de ojos azules, el cual me parecía conocido pero no sabia si era que lo conocía o se parecía a alguien que conozco, los tres estaban algo bronceados se ve que les gustaba la playa.Julietta te distes cuenta que esos chicos no nos dejan de mirar—dijo Eva, acercándose a mí y mirándolos disimuladamente.Si—dije dándole poca importancia y jugando con mis papas y la salsa de tomate.El pelirrojo no te quita la mirada de
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