Hanah no podía quedarse sola en la casa todo el día, hacia un buen tiempo así que decidió ir a la playa, quizás el aire fresco, y el hermoso paisaje la ayudarían a mermar un poco el dolor que sentía, se puso un bañador negro de dos piezas, un vestido de algodón turquesa, unas sandalia de tiras, pues aunque solo eran las ocho de la mañana, ya hacía bastante calor, tomó algunas frutas, unas botellas de agua y salió de la casa. No deseaba volver a ver a Ares hasta meditar bien lo que le iba a decir.Para empezar la noche anterior había resultado un completo desastre. Y la conversación y el beso que compartieron en horas tempranas fue la cereza del pastel. Rezaba para encontrar una solución a su dilema pronto, y sobre todo, para que no llegara a descubrir que estaba enamorada de él.Desde que conoció a Ares nunca la había tomado en cuenta realmente, la veía únicamente como un estorbó en su perfecta vida, como hubiera querido ella que por un instante él se despojara de su armadura, y se mo
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