II parte. Capítulo 30- Marcos
—Necesito ir a mi casa, Paula —dijo Marcos al entrar en su habitación.Ella le indicó dónde estaba la llave del Land Rover y continuó bebiendo su vino caro.—¿No quieres saber a dónde voy?—A ver cuéntame, Marcos. ¿A dónde vas? —preguntó Paula con tono de fastidio.—A mi casa.—¿Y...? Vamos, habla. ¿A qué vas a tu casa? ¿Llamo a la prensa?—Ya sé que no te importa un mierda, pero mi vida está de cabeza y no sé que hacer. Por suerte mi madre, es decir por desgracia está muerta, pero al no tener familia no tengo que dar eplicaciones.—¡Hurra! —se burló Paula y bebió—. Bien por ti.—El caso es que no sé que hacer con mi vida. Recojo mis cosas y las traigo para acá. Continúo pagando la hipoteca, aunque solo podré hacerlo por un año ya que no tengo trabajo. Y…—Marcos, Marcos, Marcos —le interrumpió Paula—. Detente ahí. Si parece que me importa una mierda, es porque me importa una mierda. Abres la puta boca y lo único que escucho es Bla, bla, bla.—Ya, claro. No sé ni para que me molesto —
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