Miro a mi alrededor y me siento tan extraño, tan extranjero... en un mundo diferente. Hasta me siento juzgado.El coro me envuelve y me eriza la piel... «Aleluya»...Santo, santo.Es tan hermoso y melodioso...Estoy sentado en el último puesto de la iglesia, está llena de jóvenes más que todo y todos están levantados cantando al unisono, aunque algunos se pelan y cantan en otro tono pero no deja de ser especial.Me gusta este ambiente, es estar en otro planeta, otra dimensión... simplemente especial.La música perfecta cesa y todos nos sentamos y pasa el pastor O'Pry, Cristóbal O'Pry.Es tan relajante, aunque al principio me sentí fuera de lugar a la postrera me sentí como en casa como aquel descarrilado que encontró su camino.Todas las palabras del pastor se almacenaba en mi cabeza haciendose lista y juzgando mi ser aunque no me vea y lo predique a todos me consume y lo más increíble es que estoy recibiendo esa palabra.— Él perdón viene a ser, entonces, la fuerza poderosa que remue
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