–Jules, Jules, despierta, ya llegamos– llamó fuerte mientras estacionaba el auto delante de la mansión y salía sin mirarlo, cogiendo las maletas y caminando hacia la entrada con paso violento. El viaje no había aminorado su malestar. Ni siquiera ver el ceño fruncido de su pareja cuando dormía lo ayudaba, eso alteraba más a su lobo. Entró por la puerta de un empujón y casi tumba a Steicer en el camino.–Oye hermano, que no vives solo– El beta apenas se inmutó con sus palabras–¿Qué mosca le ha picado?Steicer se giró para seguir su camino cuando vio al chico pelirroja salir del auto y perder el equilibrio.Corrió lo más rápido que pudo, maldiciendo por sujetarlo en sus brazos.–Oye, Jules, no juegues, no es divertido–dijo alarmado–¿Qué te sucede?–Estoy...estoy bien– habló con voz pastosa, sentía su cuerpo pesado y la cabeza giraba en todas las direcciones posibles.Utilizando como apoyo los brazos, no tan gruesos como los de Darren, se intentó poner de pie sin resultados. Sus piernas c
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