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Todos los capítulos de LOS HIJOS OCULTOS DEL CEO: Capítulo 131 - Capítulo 140
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Cap. 124:  TE CONOZCO TANTO
Cap. 124: TE CONOZCO TANTO Ricardo se baja del auto y abre la puerta trasera del auto, Isabel baja y se vuelve para tomar en sus brazos a su pequeñita sobrina, Sofía viene detrás ayudada por Ricardo a bajar del auto. —Mami, papi, tía, queremos ver a la niña…. —Ven, Maiara, mira que linda primita que te hemos traído y miren, les dice Ricardo señalando dentro del auto —hay una cesta de regalos para todos ustedes. Mara viene en carrera a atajarlas. —¿Otra niña? Dios, que felicidad para la familia, otra niña que viene a encandilar nuestros días como un sol radiante y a pintarnos los colores del arcoíris cuando lleguen las tempestades. Ricardo estaba atentó a Isabel que no dejaba de verla con esos ojos brillantes y cristalizados. Con todos los recuerdos en su mente. Ricardo le hizo señas a Mara. —¡A no! Isabel, no te la tomarás para ti sola…—se la quitó cuidadosamente para cargarla ella entre sus brazos. —¡Verdad, mami! —Reprochó Maiara—. Yo también la quiero cargar. Isabel son
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Cap. 125:  VERDADES - PARTE I
Cap. 125: VERDADES - MPARTE I MESES DESPUÉS... Isabel está apresurada y con Maita sirven el desayuno de los niños que están por salir al colegio y a Ricardo. El timbre principal sonó. Una mucama fue a la cocina y le dijo: —Señora Isabel, el señor Iker, está en la sala, dice que hasta que no hablé con usted no se va. Isabel negó, Ricardo limpió su boca con la servilleta y azuzó a los niños en la mesa. Enseguida salieron por el garaje con la niñera y los dos hombres de seguridad. Iker se levantó cuando vio a su hija salir. —Hija, ¿por qué no has ido a visitarnos? —Es qué estoy muy ocupada con las obras en Marruecos y en A Guarda. Esperaba verlos este miércoles que es la reunión familiar. Ya le avisé a mamá. —Yo no puedo esperar más. Hija, necesito que me ayudes, yo estoy desesperado, te prometo que si no me ayudas a recuperar la constructora, yo me voy a lanzar de la azotea de un edificio en construcción. —Papá, ya deja de decirme esas cosas, que tú lo que quieres es vivir
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Cap. 126:  VERDADES - PARTE II
Cap. 126: VERDADES - PARTE II Aceleró el auto, apenas salió de la constructora y se dirigió a la casa de Brizna quien enseguida salió a recibirla. —¿Isabel qué te sucede? —Estoy bien. —¡Sora, Sora! —Llamó Brizna, la señora salió enseguida. —Tráigame un vaso con agua natural, aprisa. —No te agites Brizna que ya estás a punto de parir. —Tú tampoco estás para ese estado de nervios en el que estás ahora. Tranquilízate, recuerda que esperas un bebé. —Por favor llama a Ricardo. Pero Ricardo tenía un rumbo fijo a donde ir… Brizna lo llamó: —Ricardo, Isabel está en mi casa. Quiere que vengas hasta aquí y que te cerciores de que nadie te esté siguiendo. —No hay nadie siguiéndome, pero dile que voy para allá en una media hora. —Sé cuidadoso, por favor —le aconsejó Brizna. *** Ricardo llegó a la mansión, al entrar siguió directo al despacho de su padre, abrió la primera gaveta y encontró el sobre con todas las fotos que tenía Marcos Del Hoyo de la supuesta Isabel con Alberto
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Cap. 127: VERDADES – PARTE III
Cap. 127: VERDADES – PARTE III Marcos llegó frente a Isabel, su rostro denotaba el gran arrepentimiento que ahora sentía. Marcos cristalizó sus ojos. —Vine a pedirte perdón, Isabel, un perdón que te ruego no me des, porque no lo merezco… Causé tanto dolor en tu vida, en la de mi hijo, en las de mis adorados nietos, en Mara y finalmente en mí, porque perdí tanto tiempo de estar con mi verdadera familia que son todos ustedes. Isabel se levantó y sus ojos estaban húmedos. —Yo no tengo nada que perdonarle, don Marcos el pasado… —se volteó a Ricardo. —Sí —Marcos no la dejó terminar, la miraba de frente—. Yo te hice mucho daño Isabel, y me dejé llevar por Eneida para causarte sufrimiento. Y hoy aún, te lo sigo causando indirectamente, porque fui yo quien contrató a esa mujer para que te siguiera, y finalmente fui yo quien le pagó a esa mujer para que les hiciera todas esas fotos, tanto las de Ricardo como las tuyas. —Pero esas son fotos falsas. Montajes para separarnos, pero ambos
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Cap. 128:  VINO BLANCO
Cap. 128: VINO BLANCOUnos días después...Es el día de la cena familiar, algo que habían acordado desde que regresaron de Londres, con la idea de conversar en familia, afianzar lazos, apoyar y prestar ayuda a cualquier miembro de la familia que así lo necesitara, incluso Sofía se comunicaba vía internet y les acompañaba desde Francia.Esa mañana Isabel se fue, junto con Maita, para hacer las compras de la cena familiar de esta noche, Isabel quiso preparar la comida preferida de los niños y de Ricardo, que es la paella marinera. Durante las compras en el mercado, Isabel se percató que alguien la estaba siguiendo, así que se apresuró en ello.—Maita, usted vaya escogiendo las frutas que yo me encargó de los vegetales para irnos pronto.Maita se fue al puesto de frutas e Isabel sintió pronto a una mujer a su lado, llevaba un tapabocas puesto y una gorra baja a las cejas, se pegó a su espalda y le susurró:—La espero esta noche a las 7 en Juegos Cibernéticos, no se quiera pasar de lis
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Cap. 129:  ¡¿VINO?!
Cap. 129: ¡¿VINO?!El día que llamó a Dana, después de ponerse de acuerdo con el detective, ella le dijo que la contactaría después para encontrarse. El detective le entregó un micrófono como botón para colocarse y activarlo en el momento en que fuese a encontrarse con ella, para así tener la localización del lugar donde estaban y caerles para apresar a la mujer.***Ricardo entró a la cocina.—¿Dónde está la señora?—Le dejó dicho que no había vino blanco y salió a comprar —respondió MaitaRicardo miró la porta botellas y frunció el ceño.—¿Qué no hay vino?—Señor Ricardo, ella actuó extraño después de una mensaje telefónico y hoy en el mercado una persona extrañamente se le acercó, yo estaba alejada de ella, pero vi que le habló al acercársele, después la señora estuvo nerviosa.Ricardo masculló:—¿Vino?... ¡Vino! —Exclamó convencido—. Claro que vino, esa desgraciada vino y está con ella ahora... Y sin esperar un segundo corrió escaleras arriba.«¡Maldita sea! Isabel, ¿Cómo olvi
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Cap. 130:  FAMILIA
Cap. 130: FAMILIAEfectivamente, el hombre se percató del movimiento de la mujer. El aspecto de los acompañantes y la forma en que la mujer la tomó por la espalda fueron suficientes para que el dueño del restaurante entrara de inmediato a su oficina y llamara a la policía.—Espera, Dana, me estas maltratando —le gritó Isabel, y de un tirón en su mano se soltó del agarre.La mujer se volvió a ella molesta y alzó su mano para abofetearla, pero Isabel fue más rápida y largó su mano —¡Paff!—una vez, dejando a Dana tambaleándose con la mano en alto, pero antes de que terminara de bajarla vino el retorno de aquella mano y —¡Paff!—le dio en reverso.—Esto por irrespetar mi casa y mi familia, atreviéndote a tratar de besar a mi marido. ¡Igualada!—Perra —le gritó Dana, encimándose a Isabel, pero una mano fuerte y grande la sostuvo doblegándola hasta arrodillarse… —Te advertí que no te metieras con mi familia —le gruñó Ricardo.Isabel sonrió al ver que estaban todos, los detectives, don M
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Cap. 131: A MI LADO
Cap. 131: A MI LADORicardo insistió en llevarla al médico a revisar después de los acontecimientos de la noche anterior. Fue muy tierna y motivadora la visita al médico ese día, el obstetra les mostró el rostro de Isabelita en el monitor, totalmente nítido, ambos se sorprendieron al verla tan igual a Isabel, y ya formada totalmente.—Todo marcha bien…Ella está muy crecida, hasta creo que es conveniente practicarle una cesárea en unos meses más, apenas entré en la semana 36, ya que la niña está muy desarrollada, lo que pudiera provocar adelantarse el parto.—Pero no soy primeriza —comentó Isabel—. Mi primer parto, a pesar de ser trillizos, fue muy tranquilo y normal y después la pérdida, si fue dolorosa, pero por la caída y la pérdida de sangre. —Igual recomiendo que es mejor no arriesgarse, que sea internada en esos días de la semana 36, además deberían ir considerando la esterilización de una vez, ya que es arriesgado otro embarazo para usted, señora Isabel. —No se preocup
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Cap. 132:  LA MANCHA
Cap. 132: LA MANCHA Ricardo camina de un lado a otro, Guzmán hace lo mismo. Se detienen uno frente al otro. —¿Oíste algo? —Pregunta Ricardo—No oí nada —contesta Guzmán.—Maldita sea, no se oye un solo llanto—masculle Ricardo.—Ni siquiera un grito más de Brizna, ya me estoy desesperando.En ese momento se oye un llanto de niño, es agudo y muy alto, viene de la sala donde atienden a Isabel, y de seguido otro más alto aún de donde está Brizna. Ambos se ven la cara y un caluroso abrazo surge entre los dos.—Soy padre de nuevo, hermano —dice Ricardo emocionado.—Dios mío soy padre, ahora soy padre —grita Guzmán entusiasmado.Los dos médicos salen y ambos corren a ellos.—¿Cómo esta mi esposa? —se oye al unísono.—Felicitaciones, señor Del Hoyo, ambas están sanas y hermosas —dijo el médico. Puede pasar a verlas.Ricardo iba en carrera al cuarto de batas cuando recordó a Guzmán, al salir lo vio pensativo y se acercó a él.—Hermano, ¿sucede algo?—Esa mujer no quiere verme… —le dijo c
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Cap. 133:  ¡QUE  FELICIDAD, TODA  MI  FAMILIA  AQUÍ!
Cap. 133: ¡QUE FELICIDAD, TODA MI FAMILIA AQUÍ! Ricardo está llegando del médico, le acaban de hacer la esterilización, duro menos de 30 minutos, Isabel lo acompañó y viene con él, la niñera de Isabelita esta con ella en el jardín tomando el sol mañanero. —Ricardo, ¿seguro te sientes bien? —Sí, sólo un poco de incomodidad y ardor. El médico dijo que esto pasa pronto. —Vamos a la habitación. Isabel estuvo todos esos días pendiente de la dieta y el cuidado de él, sin descuidar a los niños, sobre todo a Isabelita que tenía que amamantarla. Esa noche Ricardo fue a su habitación y la vio dormitarse desde la puerta. La vio sacudir su cabeza tantas veces luchando con el sueño mientras veía constantemente el reloj. Hasta que sonó la alarma y ella se levantó de inmediato cuando tropezó con él. —Ricardo ¿Qué haces ahí? Es hora de tu medicamento. —¡Maldita sea! ¿Isabel hasta cuando serás tan entregada? Por favor mírate… —Ricardo mesó sus cabellos. —Ricardo, ¿Por qué dices eso? Tr
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