Narra Emily.Al girarme sentí las garras entrar en mi pecho, sentí como desgarraba mis huesos y mis órganos, lo único en lo que pensé fue en mis hijos y Darían, como harían ellos si yo moría, mi pobre lobo se debilitaría por mi ausencia, luego caí en la inconsciencia, trate de abrir los ojos pero no podía, era como si una fuerza mayor me lo impidiera, sé que los demonios no mueren y si lo hacen permanecen en el inframundo y ya no pueden salir de ahí, talvez mi parte humana si murió, pero sé suponía que no tengo mucha parte humana.Hice el intento de abrir los ojos nuevamente y lo logré, pero no estaba ni en el inframundo, ni en el reino de los muertos, el lugar era solo luz, una luz enceguecedora, parpadeé varias veces para acostumbrarme a la luz. Si la luz de luna enceguecía esta era mucho peor, no sabía dónde estaba y no creo que era el Reino de la diosa luna.—¿Donde estoy, donde estoy? —Preguntaba una y otra vez.—Hola luna suprema estas en el mundo de los espíritus—. Dijo una voz
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