Toc toc —se que estás ahí laila ábreme la puerta— Escuche mi puerta ser tocada por Arturo me quede en la cama me sentía tan molesta aún, rechazaba a Arturo pero tenía bien claro que no sería toda la vida que llegaría ese momento donde tendría que ceder y en cierto modo no me sentía ni un poco preparada para ese momento. —ábreme o rompo la puerta, ya me conoces laila no provoques mi ira— Lo escuche decir, no me inmutaba ya conocía ese comportamiento agresivo, de la nada escuche cómo empezó a hacer un conteo regresivo y mis manos empezaron a sudar —5, 4,3,2 dos y medio— Movía el llavín hasta que me harté y caminé hacia la puerta y la abrí ahí lo vi con su brazo izquierdo posado en el marco de la puerta, sus ojos azulados me escanearon y me dio una sonrisa ladeada volteé los ojos exasperada por su manera de mirarme tan cínica y caminé hacia la cama pero este me detuvo tomándome por un brazo sin hacer presión ni dañarme —¿Qué?— Le dije de mala gana, vi como una de su cejas se alz
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