Es increíble la sensación que tengo, es como si estuviera flotando y sus palabras hacen que mi corazón se altere, hicimos el amor. Los recuerdos con Berwin salen a flote y cada vez le permito entrar sin esfuerzo. Su invasión es un bálsamo, no le temo y tengo que admitir que la espero con ansias. El sol alumbra la habitación y de pronto el gemido de dolor de Elin me asusta. —¡Ouch, Bran ven, duele! —llora con los ojos cerrados Elin y sostiene su pelvis— ¡Bran, Bran! —Solo llama a su amor. La toco por el brazo y su piel se encuentra caliente. No puede ser, se va a morir y mis nervios se intensifican. No puedo permitir que esta chica muera, me muevo veloz hacia su rostro. La frente arde, la zarandeo y entreabrió sus ojos. —Chica arcoíris realmente brillas, tienes muchos colores —susurró sin fuerzas y su mano levantó lentamente, la veo buscar el aura y sonrió dejando caer su brazo. —Elin, no puedes morirte —la muevo, le doy palmadas en sus mejillas y nada—. Solo un día conmigo, ni siqu
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