—Bueno, no alarguemos esto y por favor dediquémonos a cenar— dijo James aunque yo sabía en el interior que se estaba sintiendo incómodo por semejante esposas, al final de todo me estaba sintiendo mal porque al parecer era menos preciada, lo siento mucho por esa señora pero yo no era la mujer que ella esperaba, quizás si tuviera una cuenta bancaria llena de millones de dólares mi rostro o mi parecer cambiaría bruscamente, creo que los millonarios eran seres insensibles, al final de todos ellos siempre estaban anhelando poder tener su dinero, pero desgraciadamente ya no cumplir con esos requisitos, no me avergüenza pues si he sabido llevar mi vida de esta forma es porque he hecho las cosas bien, mi padre y mi madre siempre me dijeron que la vida sin salud no es vida, que no sirve de nada tener tantos millones guardado en una cuenta bancaria si al final estás con una vida artificial, y era muy importante lo que mi padre me había dicho, yo estaba claro de qué jamás podría estar a la altur
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