Era tan extraña la muerte, tan sorpresiva, dolorosa y traicionera. En cualquier momento puedes morir, puede que sea en unos años o en unos segundos. Ver a Jason muerto me produjo escalofríos. Sentí que todo pasó en cámara lenta, el gritó que hizo Lana para llamar la atención de los demás, cuando le cubrí los ojos para que no viera el cuerpo. Gisela apareció junto a sus padres, Gisela se lanzó al cuerpo de Jason sin importarle cómo estuviera. Ella se soltó a llorar. No conocía a Jason, solo tenía un día de conocerlo y había parecido una muy buena persona. Aún tengo su voz en mi cabeza cuando me dio ese chocolate caliente. No pude evitar que una lágrima se me escapase y, como sabiendo el tiempo lo que pasaba, empezó a llover. —¡Jason! —gritaba Gisela. Los padres de Jason lloraban, estaba joven, tenía toda una vida por delante. Ahora había dejado a sus padres solos, a sus amigos que también estaban aquí, sus compañeros de clases. No podía. No podía seguir viendo eso. Me alejé de todos,
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