ADVERTENCIA: ESTE CAPÍTULO CONTIENE CONTENIDO MADURO NO APTO PARA LECTORES MENORES DE 18 AÑOS. 'Vaya', pensó Gabriela. ‘Es tan grande y dura, pero su piel es tan suave’. Sus ojos estaban pegados al miembro del hombre. Sus delgadas manos apenas lo podían agarrar por completo mientras se dedicaba a acariciarlo de arriba abajo. Ella sopló aire de la boca y se lamió inconscientemente el labio al ver el saludable brillo del pene. Mirando de reojo a Kyle, la cara de Gabriela ardía, reconociendo que la mirada del hombre hacia ella estaba llena de lujuria. "Oh, sí, Gaby. Sujétalo sin apretar, pero hazlo más rápido", le indicó Kyle y luego le enseñó cómo se hacía. "Así, Gaby". "De acuerdo", respondió ella débilmente, siguiendo las indicaciones de él. "¡Oh, mierda!". Kyle expresó su felicidad en cuanto Gabriela consiguió el ritmo perfecto. Desde el interior de la sala, sus jadeos y gritos de placer llenaron el espacio, añadiendo la sensación de sus pasiones. Kyle
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