Salvador estaba observando a los dos jinetes buscando algo que les diera más información, pero lo único que llamo la atención de este fue el morral que colgaba a un costado de una de las bestias, Salvador supuso que llevarían provisiones para cuando debieran quedarse más tiempo, pero no podría saberlo sin abrirlo, fue entonces que su atención se rompió para escuchar un grito que reconoció, era Akar. Desde su posición pudo ver entre los árboles como lo traían a rastras con una soga, le habían disparado a las extremidades porque cuando se acercaron vio las quemaduras en las piernas y en dos de sus brazos, tuvieron cuidado de no dañarlo o causarle alguna herida letal. Se notaba que les servía más vivo que muerto aunque eso no quería decir que Akar no había luchado, por lo que veía una de las bestias venía herida y faltaba otra por eso un esclavista venía de a pie dándole patadas a un furioso Akar. Lentamente, Salvador desenfundo su daga mientras acomodaba la lanza en las otras, iba a i
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