El fuerte sonido de mi despertador me hizo abrir los ojos de golpe, mi vuelo sale a las doce, si quiero llegar a tiempo debo darme prisa, Con toda la pereza que podría tener en un domingo por la mañana me levanto, no empaqué nada así que busco algunos cambios de ropa y mi pequeña valija, los dejo sobre la cama y entro al baño para tomar una ducha que haga que el sueño y pereza se vayan.Es hora de irme, estoy tardando y no puedo perder el vuelo, agarro la valija, mi pasaporte, boleto y mi celular para salir de casa de una vez, pero justo al pasar por la habitación de Ranzes en todo lo que nuestra vida a cambiado por dos empresas — Buenos días nana — Sale tratando de ser amable — Buenos días mi niña, ¿vas a salir?— Observa mi maleta y me ve con desconcierto.— Si, ¿Ranzes no te dijo que saldría de viaje?— ¡Aagh!, ese niño, no me dijo nada, pero no quiero que te vayas con el estómago vacío así que ven a desayunar— Reí un poquito, nana es muy dulce. — Esta bien nana— Caminé con ella
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