Las luces de toda la Orden Negra estaban encendidas, como una ligera esperanza, los Cuervos había logrado romper el hechizo en el que habían estado, la nieve había desaparecido con los primeros rayos de luz. La restauración de las instalaciones estaban llevándose a cabo, después de un funeral general, todos parecían tener una capa de tristeza que cubría sus auras, pero, debían retomar sus actividades, como siempre. Un hermano que se iba era un hermano bendecido. Cada uno de los que habían sobrevivido a la masacre se había ganado varias estrellas o ninguna, muchos ni siquiera tomaban en cuenta la jerarquía de demonios que habían aparecido, lo único que había importado en aquel momento era pelear o morir.Muchos aún seguían en shock, pero la enfermería se había vaciado un poco, Vaulthier junto con los otros líderes de los Clanes dictaban las ordenes en ausencia del director. Los Exorcistas recibían de nuevo misiones al igual que los Cazadores y los Rastreadores para ir por los que iban
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