Me desperté por los rayos del sol que se cuelan por las ventanas y de inmediato sentí cómo un fuerte dolor de cabeza interrumpió hasta mi movimiento. Anoche, tome mucho que ni me acuerdo dónde estoy. Observo toda la habitación con bastante dificultad y se me hace muy parecida, los colores, las sábanas, los muebles y las cortinas ¡Dios mío! ¿Qué locura cometí? Me levanto rápido y eso ocasiona un leve mareo, miro mi atuendo y estoy con una camisa blanca que me llega hasta los muslos. En unas de las sillas observo que está mi ropa del día anterior bien doblada con todas mis cosas, no lo pienso dos veces y me quito la camisa para colocarme mi atuendo en fracciones de segundo. No sé qué pasó anoche con Eduardo porque este es su departamento, lo sé porque aquí tuvimos muchos momentos lindos y románticos y yo la verdad no estoy preparada para los interrogatorios que me hará. Cuando ya estoy lista bajo las escaleras con sumo cuidado porque no me lo quiero encontrar y salgo sin más. Es muy
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