“¡ah!”, se escuchó el suave gemido de Helena causado por el dolor de perder su castidad, escuchando esto, Erwin no fue rudo con ella, empujaba y retrocedía con delicadeza, mientras la besaba para calmarla.Helena envolvió sus manos alrededor del cuello de Erwin, mientras que sus piernas envolvieron las suyas empezando a sentir placer con cada movimiento y cada vez más.Esa noche, todos en esta familia durmieron contentos, relajados y tranquilamente, ya que la nueva casa, cama, sabanas, en si para ellos todo era nuevo, cómodo, espacioso y relajante, entonces todos descasaron de manera placentera hasta el día siguiente.En la mañana, cuando todos despertaron, nadie quiso levantarse de estas camas tan cómodas, pero después de oler el aroma exquisito en el aire, tuvieron que hacerlo de mala gana.Después de vestirse con algo decente, Jorge y Sara bajaron y descubrieron que este exquisito aroma venia de la cocina, y cuando se dieron cuenta, algunos platos ya estaban listos en la mesa del c
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