Día de la Boda. Nochebuena. Nueve de la mañana... faltando horas para el desastre. Todavía no había encontrado el momento perfecto para poder hablar de la boda con Ada. Más que todo la fecha de nuestra boda. Solo estoy omitiendo una pequeña información poco necesaria porque no fui partícipe de esto. —¿Hablaste con mi hermana anoche? —Alessandro me ve con algo de nervi

Hotel de Luna... Horas antes del desastre. Mentiría si dijera que los seres humanos no somos personas vanidosas, todos en algunos momentos lo somos. Podemos hacer un estudio por los concursos de belleza y diremos que las mujeres de Latinoamérica, son las más hermosas por la cantidad de coronas que se llevan a su casa, pero difiero de eso. Creo firmemente que toda mujer es bella por su esencia y su interior. Y no estoy hablando de los órganos, quiero dejar claro eso. Somos arte ante los ojos de la persona correcta. Eso me lo enseñó la vida y con esto quiero decir que, no reciban menos de lo que merecen. No reciban migajas de amor de nadie, no reciban insultos y no se aguanten nada de un pendejo que dice amarlas. Ámense primero ustedes, siempre. Y no, no se van a quedar solas y tampoco se morirán de desamor porque alguien que no las valora las deja, el dolor pasa, pero el aprendizaje queda. Eso me lo dijo una vez Alessandra cuando su antiguo novio la maltrató física y mentalmente.

Me encontraba estresado por tanta espera, me había tomado ya tres vasos de whisky, no podía dejar de pensar en lo que me dirían en la investigación. Yo, siendo un líder y el asesino más buscado con perfil bajo, era más honesto que las mujeres en mi vida. Sabía que las cosas con ella serían así, pero igualmente es un poco frustrante saber que esa es la única verdad. Todo lo que me dice es mentira. Le envié un mensaje diciendo que, si no salía en unos minutos, se iría hasta el lugar de la boda sola. La mayoría de las personas importantes en la organización estaban allá. Leer más