Un coche estacionado a unos cuantos kilómetros del edificio de Dylan vigilaba la entrada de profesor, en cuanto un taxi aparco delante de la edificación el sujeto que estaba dentro del automóvil echo un vistazo para ver quien bajaba del mismo y de este justamente descendió Dylan. El extraño no aparto la mirada del profesor hasta que ingreso dentro de la residencia. Segundos después sacó el móvil y realizo una llamada.—El chico acaba de llegar a su apartamento, ¿Qué quiere que hagamos?—Sigan vigilándolo hasta que yo les de órdenes.—Entendido—El hombre del coche cuelga la llamada, acomodándose en el asiento.Mientras que del otro lado de la línea el teléfono pagaba las culpas del mal genio que estaba generando Dylan. No tenía idea en lo que se estaba metiendo, pero muy pronto se las haría conocer y se arrepentir&i

Es que ni siquiera podía concentrarse en el trabajo por andar pensando en Violeta Morgan. Estaba frustrado, porque era lo que había querido pero ahora que lo obtuvo ya no estaba tan seguro de que ella le fuera indiferente. Dylan se puso en pie, recogió sus cosas y abandono el aula… al salir de la universidad automáticamente reconoció a Violeta quien caminaba directo hasta donde dejo aparcado su automóvil. Y él, tendría que tomar un m@ldito taxi porque esa desequilibrada destruyo el suyo.En cuanto violeta abrió la puerta de su coche levanto la mirada observando que Dylan salía de la universidad, estaba tan molesta con él. Chasqueo la lengua subiéndose al coche, al pasar el encendedor del auto Violeta automáticamente escucho el sonido de algo muy familiar.—Mi3rda—Vocifera tirándose rápidamente del coche conjuntamente cuando el mismo exploto.<

Detrás de él Reece y Daniels se miran a la cara asombrados, las chicas guardaban silencio y hasta las hermanas también permanecieron en silencio. Nadie le respondía a Morgan de esa manera, y mucho menos un hombre. Era como si le estuvieran declarando la guerra en su cara. Todos pudieron percibir el aura maligna que ahondaba el cuerpo del mafioso, era claro que estaba cabreado y cuando se ponía en ese estado no se debía jugar con su paciencia.—Este chico acaba de firmar su acta de defunción—Daniels niega sonriendo y su sobrino Reece lo acompaña en la burla.El cerebro de Demian hizo corto circuito justo en ese momento, el m@ldito que tenía ante él o era muy idiota o era muy valiente. En todos sus encuentros nunca bajaba la vista, siempre le hacía frente y eso aunque no lo quisiese admitir era admirable en un enemigo. No era un cobarde como muchos de los que ha conocido en lo largo

—¿Qué es lo que sucedió exactamente, Violeta?—La voz de Demian la trajo de vuelta a la realidad, sin mirar a su padre mantiene silencio.—Demian, no es momento para interrogar a nadie. Tu hija necesita descansar, paso por una situación muy peligrosa—Reprocha su esposa enfadada.—Contesta Violeta—Ignora el regaño de su mujer e insiste con su hija.—No lo sé… escuche el sonido del detonador de una bomba en cuanto pase el seguro del auto, a duras penas me dio tiempo de saltar—Contesto manteniendo la mirada abajo.—¡Fue él! Ha puesto una bomba en tu coche.—No papá, Dylan no fue. Si el mismo me alejo del coche mientras se incendiaba, sino lo hubiese hecho me quemo viva—Lo defiende contra las terribles acusaciones de su padre.—Él se llevó tu coche y lo dejo aparcado frente de la facultad, est&

Demian Morgan iba muy serio en la parte trasera de su coche mientras que este se encaminaba hasta el apartamento de Dylan.—Demian, pienso que deberías esperar un poco más. Aun no estamos seguros si este chico está intentando asesinar a Violeta.—Tu y yo sabemos que sí.—Ya lo sé, pero no creo que el chico tenga esas intenciones. Si fuese el caso, ¿Qué diablos hacía en el hospital?—Todo es parte de su plan, es un farsante por naturaleza.—Si eso es lo que piensas, creo que debiste decírselo a tu hija para empezar.—No necesita saberlo, no cuando pienso acabar con su vida esta misma noche. Será un dolor de cabeza si lo dejo con vida.—Sabes que no será tan fácil, Morgan.Demian revisa su saco y saca un cigarrillo lo enciente para luego expulsar el humo a su alrededor impregnando toda la parte de atr&aacu

Violeta freno el coche algunos kilómetros de una balacera, no entendía que diablos estaba pasando pero de lo que si estaba segura era que era cerca de la casa de Dylan. Se bajó del coche tan rápido como sus malestares se lo permitieron. Y corrió hacia la parte trasera del edificio de Dylan, ya que no podía entrar por el frente tendría que hacerlo por la zona de incendio. Subía las escaleras con el corazón desbocado, solo contaba con que estuviera allá arriba y vivo.Todas las luces de los apartamentos estaban encendidas debido al escándalo que se había formado en su calle, para cuando llego al piso de Dylan encontró con que su ventana estaba abierta. Violeta saco su arma y se adentró cuidadosamente en ella. De pronto se detiene a mitad de camino al escuchar la voz de Dylan, pero no estaba solo había otra mujer allí.—Debemos salir rápido de aqu&i

La joven comenzó a caminar de retroceso, necesitaba averiguar qué era lo que estaba pasando. No podía permitir que su padre asesinara a Dylan sin tener verdaderas razones para ello. Bajó el arma y así mismo como llego salió corriendo, alejándose de su familia.Demian detuvo sus pasos al observar a su hija alejarse  con aquel sujeto, era una cabezotas esa niña. Mira que venía a desafiarlo, lo único que estaba logrando con ello era enfadarlo.—Así que se han fugado—El rubio comenta a su lado mientras guarda su arma—.Vaya parejita, será muy difícil separarlos. Quizás debas posponer la muerte de ese muchacho.—Averigua que coche están utilizando y síguelos, quiero conocer cada movimiento que hace mi hija.—Muy bien, como siempre poniéndome de niñera. Sabes que odio ese trabajo, ¿Por qué

Por un momento Dylan detallo en el rostro de Violeta una fugaz expresión de pánico, pero luego se recompuso. Eso le causo intriga, mira que ver en la cara de una Morgan una pizca de miedo sí que era interesante. Lo que lo motivo a seguir con su plan, si ella no pensaba facilitarle las llaves entonces las conseguirías por sus propios medios… de manera lenta y sensual Dylan sonrió siendo observado por la castaña, poco a poco fue inclinando su cabeza hacia abajo hasta quedar nariz con nariz.—Por tu bien será mejor que me liberes de estas esposas.—¿Para qué? ¿Piensas asesinarme? —En esa oportunidad lo observaba de forma desafiante.—No, no hay necesidad de eso… no cuando tengo mejores armas contra ti.—¿De qué rayos estás hablando?Él amplia la sonrisa, luego relame sus labios para besar a Violeta con una lenti

—Señor, Demian Morgan nos ha emboscado y ha eliminado a gran parte de los hombres. —¿Cómo es eso posible? —Se escuchó del otro lado de la línea como el hombre golpeaba algo con fuerza. El sujeto que estaba realizando la llamada temblaba del miedo. —Es que apareció de la nada, y luego esa chica también terminando con la vida del resto de los hombres. —¿Y qué demonios estaban haciendo todos allí? Dijeron que todo estaba bajo control, son unos completos inútiles. No saben hacer nada bien. —Lo siento mucho señor. —M@lditos, sigan con el plan y espero que no lo arruinen. Cuelga la llamada sintiéndose decepcionado por la calidad de trabajo que sus hombres estaban prestando. Todos eran unos cobardes e idiotas. —M@ldición... […] Antes de que amaneciera Demian abandona su habitación dejando a su esposa dormida, encamina sus pasos hasta el sótano de la casa. En cuanto baja algunos escalones se encuentra a los cuatro sujet

Un golpe tras otro, el cuerpo del sujeto que estaba atado a una silla era golpeado una y otra vez por el puño del mismo Demian. De la boca del enemigo chorros de sangre brotaban sin parar, mientras que uno de sus ojos se mantenía cerrado. Cabizbajo y con más ganas de morir que vivir el tipo estaba a punto de quedar inconsciente.—Puedo hacer esto todo el día, yo no tengo problema alguno —Refuta Demian quitándose el puño de metal para limpiarse la mano —. Sería más fácil que me dijeras para quien estas trabajando, si puedes ver a tus amigos ya no puede decir mucho.Morgan se da la vuelta mientras lanza al piso el pañuelo empapado de sangre, le echa un vistazo a su hijo quien lo observaba detenidamente y negaba a la vez. Ambos sabían perfectamente que ese tipo no pensaba decir una sola palabra.—¿A quién quieren asesinar? ¿Al profesor o a mi hi