La paternidad era bastante agotadora. J.D. tenía un mes de nacido y, ni Skylar, ni él, habían logrado dormir una noche de corrido. Además, más de una vez, Dan había sentido que era un completo inútil cuando no había podido consolar a su hijo en uno de sus prolongados llantos.No es que lo demostrara, la mayoría del tiempo procuraba actuar como si tuviera todo bajo control.Era un gran empresario, podía lidiar con socios molestos y contrincantes astutos; pero su hijo lo hacía sentirse como un niño que apenas estaba aprendiendo a valerse por sí mismo. Cada día era un nuevo reto y cuando creía que ya estaba mejor capacitado, se enfrentaba a la dura realidad que no era así.Sus padres ayudaban, en especial los fines de semana, pero no podían pedirles que estuvieran allí cada vez que no podían manejar algo o se sentía sobrepasado
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