Narrador Omnisciente.Bruno la elevó hasta que ella abrazó su cintura con sus piernas, mientras él la devoraba como nunca, con exigencia, pero, aunque deseaba que esto durará muchas horas, frente a él esta vez había una cama, no un escritorio, no había cámaras que tapar, ni cristales que oscurecer, estaban solos y entre sus brazos tenía la hembra más apetecible que había deseado, se acercó a la cama y la puso de pie en ella.—Quítate la ropa sexi Abigaíl, quiero verte a mis anchas, embriágame con tus encantos —, la voz de Bruno era oscura y seductora, él aflojó su corbata y la tiró al piso, soltó su cinturón y Abigaíl de solo verlo se sentía arder, mordió su labio inferior sonriendo, sintiénd
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