Narra Kyle. No sé si fue el efecto del alcohol, la emoción de comprar mi nueva propiedad o simplemente tenía que ver con mi estado de ánimo, pero en ese momento me sentía ligero, optimista, con deseos de iniciar algo nuevo, de darle un vuelco a mi vida y salir de la monotonía agobiante que me caracterizaba. El alcohol en mi sangre, la sensación de alegría, el olor de la mujer, el aspecto de Clarissa Stivalet y la forma como me masajeaba, me hacía sentir muy bien, poderoso y con deseos de todo. Paré mis besos hacia ella y dejé que ella guiara la situación, cerré mis ojos y me concentré en cada sensación de mi cuerpo, me sentía como un auto de carreras a toda velocidad, mi corazón y adrenalina aumentaron y amé esa sensación. La llevé al jacuzzi de hidromasaje, abrí la llave para que se llenara mientras nos besábamos y reíamos como niños traviesos. Nos introducimos en ella, a explorar nuestros cuerpos utilizando nuestras manos y bocas, probé sus mejores
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