- Leonardo, el abuelo de esa pobre chica está agonizando. Por favor apiadate de ella y llévala, haz de cuenta que soy yo el que está por morir y seas tú el que está en la situación que por ahora ella está. - Está bien abuelo ahorita voy-. Dijo Leonardo sintiendo empatía por su esposa y se fue tras ella para llevarla. - Aixa espera yo te llevaré-. Gritó Leonardo cuando la alcanzó. - No necesitas hacerlo Leonardo, puedes quedarte en la fiesta y yo me iré sola-. Dijo Aixa al borde del llanto. - Ya te dije que yo te voy a llevar, espérame aquí. Yo iré a traer el auto. Aixa detuvo su andar y se quedó esperando a que el regresara, total le costará encontrar un taxi en esta enorme villa, mientras que yéndose con Leonardo llegará más rápido. - Vamos, sube-. Ordenó Leonardo. - Gracias por traerme-. Dijo Aixa ya cuando iban de camino. - Aixa siento mucho lo de tu abuelo. - Tú no sientes nada porque no tienes sentimientos
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