Tadeo llevó a su hermana a la habitación de huéspedes, más tarde él se paró frente a la de Tania y tocó la puerta, ella abrió y lo observó en silencio. “¿Podemos hablar?”. Tania asintió y abrió completamente la puerta, Tadeo entró mirando alrededor, antes había estado en el lugar, pero era frío e insipiente. Ahora que Tania vivía ahí, tenía mucho color, las cortinas eran blancas con bordados de flores de colores en la parte inferior, la cama tenía sábanas parecidas y las almohadas eran de colores vivos. El peinador, tenía varios productos femeninos, algunos collares y mascadas colgando de la parte superior. Había una pequeña cara sonriente dibujada en el espejo con labial rosa. Tania estaba de pie esperando a que él hablara. Tadeo se acercó a la cama y se sentó palmeando el otro lado, invitándole a sentarse, ella obedeció algo nerviosa por lo que pasó hace un rato. Tadeo la miro. “Es mi abuelo… en mi familia tienes costumbres muy arraigadas de años, solo los hombres pueden hered
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