Parece que todo pasa a cámara lenta, desde que Diederik coge en brazos a Niek, cando yo me aparto hacia un lado para dejarles el camino libre, hasta que llega a la cima de la escalera y lo deja en el suelo. En ese momento me mira directamente a los ojos con el temor de haberla picado. Sin embargo, llevo mis ojos hasta ver la hora marcada en el reloj y falta casi un minuto hasta que vuelva a estar en el mismo estado.—¿Lo hemos hecho? —levanto la mirada y asiento. Voy subiendo las escaleras como si mis pies me pesaran diez kilos cada una.—Voy a subir al piso de arriba mientras que tú llevas en brazos a tu hermano, tienes que ser mucho más rápido que ahora —no podemos dejar que el tiempo corra en nuestra contra, es muy raro lo que le ocurre a Niek. Hay que descubrir de
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