Cap. 28: Reconocimiento
Sentada en la mesa de un Café, Julieta contempla a una joven pareja que se cuchichean al oído mientras ríen, no puede evitar esbozar una sonrisa ante esa imagen tan tierna, incluso hasta le viene a la mente las muchas veces que estuvo con Pablo de esa misma manera. Tan enamorada, tan ilusionada, tan llena de sueños en las que ambos estaban juntos enfrentando cualquier adversidad que se les presentaba, impulsados solamente por el amor que se tenían el uno al otro. Sin embargo, incluso esa relación terminó siendo una fantasía, una mentira, una desilusión no muy diferente de la que acaba de experimentar con su Jefe. Bebiendo un sorbo de su capuchino se pregunta una vez más en qué estaba pensando, por qué decidió darle una oportunidad como si no hubiese aprendido nada, quedando como una especie de masoquista que no ha aprendido nada, que tropieza con la misma piedra una y otra vez. Aunque debe confesar que por un momento estuvo convencida de la sinceridad del interés del empresario por
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