Capitulo 81: La vedad salió a la luz. Ahí estaba, lo había dicho, lo que él hiciera con eso ya no era mi problema. Acababa de confesar que lo amaba, como él quisiera tomárselo, era su problema. Me había enamorado de mi jefe, de mi concuñado, del hombre que había Estado tratándome. De los mil perros durante todo este tiempo.Pero sé por qué lo hacía, ahora comprendo por qué que tenía miedo de dejarme ver cuánto me quería. Sin embargo, sigue teniendo miedo de confesarlo.Pero yo no. Ya no tengo más miedo, ya no tengo por qué temer. A lo que sea que le ha estado ocurriendo, es suficiente. Estoy harta de correrle a lo que deseo, estoy a. Aparte de intentar huir de lo que siento por él. Así que sin amedrentarme, sin Dudar, Le digo con tono desafiante:—Si necesitas
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