Cargó a Ángela y la llevó al lecho sin interrumpir el beso. Pronto, estuvieron desnudos, acariciándose y besándose por todas partes y, cuando tocó su feminidad, ya estaba húmeda, preparada para recibirlo. Después de dar gracias al cielo porque no podía esperar más, se colocó entre las piernas de su mujer y la penetró. Entonces, justo en ese momento, escuchó su nombre de los labios de Ángela y se encendió aún más.No creía eso fuera posible.
Leer más