EVERLY Estaba cabreada y confundida, y a falta de mi Daddy y de que ahora esté por seis meses de luna de miel con Analy, decidí hacer una fiesta de las que me gustan, mucho alcohol, muchos chicos apuestos y por supuesto, mucho baile, el que me enterara que el estúpido mayordomo que recién contrató Kavan, estuviera de chismoso a mis espaldas, solo hizo que enfureciera y quisiera darle una lección a ambos. El primero yace amarrado en el sótano, y el segundo, ahora está frente a mí, mojado y con los ojos centelleantes. Todos se ríen y yo también, León, su amigo, mira la escena con diversión y creo que me cae un poco mejor que el estirado de mi hermanastro. —Wooow —exclama Emma a mis espaldas—. ¡Aquí no pasa nada, la fiesta sigue! La música sigue y mis amigos se dispersan siguiendo en lo suyo, la sonrisa en mis labios no tambalea, no se esfuma, mucho menos cuando Kavan me toma del brazo con fuerza y me arrastra hacia la oficina
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