--mamá, mamá. Carajo… Trae un médico, trae un médico…-- hablé en medio de un grito mientras mis lágrimas salían de mis ojos no pude evitar sentirme completamente devastado con esto, no podía ser verdad, no podía, los hombres se adentraron en el lugar, mientras yo no sabía qué hacer, mi madre daba respiraciones llenas de fuerza, mientras yo apretaba su yugular con fuerza e intentando a toda costa hacer que no saliese más sangre del lugar, era imposible, en lo que Elios quien estaba parado a mi lado solo estaba a allí completamente sorprendido, pues tanto el cómo yo comprendíamos que estaba pasando--Arriba… Arriba…--escuchamos aquello en medio de los delirios de mi madre y en un susurro, pero yo no podía marcharme, no podía dejar a mi madre sola, no podía hacerlo porque ella era la mujer quien me había dado la vida, en
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