Todos los capítulos de Mientras estemos juntos: Capítulo 11 - Capítulo 20
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“Doble cometido”
Capítulo 11 “Doble cometido”   Salí del cuarto después de haberme despejado un poco, como siempre descalza y en bata alegre y cómoda como me gustaba estar. Eran las doce del mediodía.  Me sorprendí al ver el túnel de rosas que partía desde la puerta de mi cuarto, lo rodé para salir. Todo  estaba listo. Mi corazón palpitó angustiado, haciendo ruido. Puse una mano en el pecho. Todo era realmente hermoso. Estoy segura que mi madre estaba totalmente complacida con aquello. Lloré al darme cuenta que este iba a ser “Un gran momento” para ellos, mientras para mí…   Me acerqué lentamente a la mesa de los novios. Irónico pero estaba hermosa. Arrastré mi mano recorriéndola.  En silencio y con los ojos ya hinchados de llorar vi el espectacular pastel de boda de siete pisos. En color blanco atardecer, que simulaba tenues rayos de sol. Del  sexto piso, una pareja tomada d
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“¿Quién es Harry Winter?”
Capítulo 12 “¿Quién es Harry Winter?”   Cuando bajé del lujoso auto, cargando paquetes y regalos en mis manos. Me encontré  con Harry, desesperado en la puerta de mi casa y mi madre que cuando vio que era yo la que conducía aquél flamante auto entró a la casa visiblemente molesta. Me sorprendí al ver tanta gente frente a mi casa. Harry caminó y abrió la puerta del auto, yo aún sacaba paquetes.   –¿Eres María Eugenia?–me preguntó un hombre que asomó su cabeza por la ventana del copiloto. –Buenas tardes –respondí levantando mi mentón retador –. ¿Quién es usted? No alcanzó a responder, Harry Winter  estaba a su lado. –Es mi hermano Hudson, María Eugenia –salió de detrás de Hudson y sus ojos casi me fusilan. Disparaban rayos y centellas. Me dirigí a Harry y le tendí mi mano coqueteándole. Él la tomó.  Su hermano hizo una broma, pero  H
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“Noche de Bodas”
Capítulo 13 “Noche de Bodas”   Caminé por el túnel de rosas, mi padre me tomó de la mano a medio camino, y al llegar al final tomó mi mano y la unió a la de Harry. El estaba realmente atractivo,  el azul de su traje le resaltaba sus grandes y expresivos ojos. Me tomó del brazo y posó su mano sobre la mía. Estaba altivo y sonreído. Llegamos a la mesa de los jueces y testigos.   El juez leyó los términos legales y luego  preguntó:  –Señor Harry Winter, ¿acepta usted por esposa a la señorita María Eugenia Smith. –¡Si, acepto! – Exclamó Harry en voz alta,  clara y nítida. –Señorita María Eugenia Smith, ¿acepta usted por esposo al señor Harry Winter? –Sí, acepto –respondí arrastrando aquél acepto. El juez terminó de leer y se levantó para dar su: “Por la autoridad que me confiere la ley los declaro Marido y Mujer” Las cámaras no pararon d
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“El gran poder de seducción de Harry Winter”
Capítulo 14 “El gran poder de seducción de Harry Winter”   Al salir del cuarto mi madre conversaba con Harry Winter. Mi semblante cambió al instante. Aiora venía detrás de mí. Se detuvo en seco al ver que era cierto que me iba con Harry. –¡Estoy lista vamos!–Ni siquiera tomé en cuenta a mi madre. A pocos minutos entramos a una bonita zona residencial de la ciudad. –¿A dónde vamos? –Sabía que no era el camino al hotel donde se haría la entrevista. –Vamos a firmar lo solicitado en la cláusulas 7 y 8 de tú absurdo contrato –su tono era tan prepotente, airoso, sin embargo soltó su mano a mi lado y la puso sobre la mía, quedándose con ella allí. –¡Ah! Las cláusulas después del matrimonio–Bajé mi cabeza–Harry, yo te insistí varias veces en que desistiéramos de esas clausulas absurdas. –Esas clausulas absurdas me llevaron a conocerte –y apretó de nuevo mi mano cálidamente. Leer más
Literal “A” 
Capítulo 15 Literal “A”    Eran las seis de la mañana cuando sonó el teléfono del hotel. Al tratar de moverme estaba presa en las torneadas piernas y los musculosos brazos de Harry. Sigilosa metí mis manos para alzar su brazo. Rezongó y se acurrucó más, apretándome en su abrazo. Me giré un poco y su rostro era tan bello,  medio dormido, era tan tierno así.  Mi corazón saltó sonoro. Abrió un ojo mientras apretaba el otro. Me reí ante tan tierno gesto. Mis ojos se cristalizaron. Se levantó y me vio a esa distancia. -¿Por qué me haces ese puchero? ¿No hay razón para llorar? –me dijo sonreído. –¿Acaso no sabes que de felicidad también se llora? Además,  las emociones siempre arrastran lágrimas salubres –justifiqué mis lágrimas y me voltee dándole la espalda. Se levantó presuroso y levantó mis sabanas. –¡AAAh, que rabia!  ¡Estúpida asociación! –Gritó al verme desnuda d
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“Lucha contra mi”
Capítulo 16“Lucha contra mi” –¿Puedes llamarte mi esposa? ¿Dónde está la lealtad qué como tal me debes? Nunca podrías ser esposa de nadie… Mucho menos de mí.Esas fueron las últimas palabras que escuché a Harry decirme y que seguían dando vuelta en mi cabeza…Salí de ese lugar triunfante, pero sólo porque logré quitarle a Harry un poco de lo único que realmente le importa “El dinero”. Mi corazón dolía, dolía hondo. Si bien es cierto que no logró engañarme, fue demasiado duro darme cuenta que ni una pisca de amor había sentido por mí. Ahora mismo parecía una fiera enjaulada, caer ante el mundo no estaba en sus planes, eso jamás. Prefería perderlo todo que iniciar un litigio legal que lo pusier
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¡La magia de la imaginación!
Capítulo 17¡La magia de la imaginación! La abuela Cecil y su enfermera, Deborah, fueron las encargadas de recibirme en el aeropuerto.–Chiquilla, no sabes lo feliz que me hace tu presencia aquí –me dijo una sonriente abuela Cecil.–¡Yo más abuela Cecil! –le dije al abrazarla efusivamente.Llegamos a la mansión y un escalofrío recorrió mi cuerpo, los ojos muy negros de Ernest me miraban envueltos en humo azufrado… Siempre que él estaba cerca,  me lo parecía.–Bienvenida a casa, prima –y tomó mi mano dándole un apretado beso. La rescaté con brusquedad. Diana estaba con un traje de baño y una batita translucida. Me miró de arriba abajo descaradamente.–¡Guao! ¡Prima,  estas hermosísima! como siempre&helli
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¡Lagartijas de papel!
Capítulo 18¡Lagartijas de papel! La abuela gritaba desde las escaleras que ya ella estaba lista, que debíamos salir ya. Había en la entrada a la mansión un auto enorme y hermoso, además de extremadamente lujoso. En él nos fuimos Harry, la abuela Cecil y Yo.Harry estaba muy elegante vestido en un traje gris plomo que le resaltaba sus grandes y expresivos ojos azules. La abuela vestía señorial en marrón y purpura su traje largo  y yo me puse un vestido del famoso diseñador que mi madre ama, en realidad me sentía muy bien con él. Un modelo sencillo y elegante para la ocasión, sin mangas y escote pronunciado adelante, dejando ver sin querer el camino entre mis senos.A las 9 nos llamaron al escenario preparado, La odiada “Ayer” no se hizo esperar y su canal estaba en primera fila.  Los flashes
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“Sabor a engaño y traición”
Capítulo 19“Sabor a engaño y traición” Ver a Harry pasándome por el lado, con su traje arrugado y seguramente manoseado por otra mujer, fue ver, al mismo tiempo, a mi corazón caer a pedazos en el piso y que cada pedacito hacía polvos cada recuerdo bonito de nuestros momentos juntos. Todo se destrozó contra aquél duro piso de madera, dejando en mi un amargo sabor a engaño y traición. Quise arrancarle los ojos y romperle toda aquella ropa que envolvía su pecado y su lujuria volcada en  otro cuerpo.  Verlo llegar así tan tranquilo, tan asquerosamente normal, como si no había hecho nada. Como si lo que pasó entre nosotros fuese nada para él. Como si no importara ni significara nada en su vida. Sé que estamos juntos por un simple contrato, ¿pero acaso no merezco respeto?
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“Una mirada especial”
Capítulo 20“Una mirada especial” Salí del baño con la convicción total del engaño de Harry Winter. Sus hermosos ojos azul zafiro no me engañaran ya más.Me había retocado el maquillaje, e iba a la sala de juntas donde me esperaba el doctor Sutherland para presentarme a los gerentes departamentales de la sede Administrativa.  Eve me guiaba, de repente de uno de los pasillos salió Amira, y estaba mirando para otro lado, al tropezarnos vi claramente como me empujó fuerte para tumbarme al piso, caí de platanazo.–¡Mierda! –gruñí, con mi mala hostia alborotada. Más aún cuando vi claramente que ella me lanzó adrede, pues su delgado cuerpo no hubiese logrado tumbar el mío con el simple tropezón.–¡UY! –dijo la zorra, poniendo carit
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