COLECCIONISTA DE MUÑECASRespiro profundo, es inevitable no saborear a mi pequeña muñeca, la polla se me endurece al admirar su belleza, los recuerdos me golpean duro y le termino de quitar el sostén, salivando por sus pezones rosados, las argollas que rodean sus tobillos y muñecas, hacen ligeros cardenales en la piel, la tiene delicada y su sexo rosado se asoma.—Hermosa, exquisita, solo para mí.Susurro y se mueve inquieta, no tarda en despertar, con mi mano recorro su piel, suave y blanca como la porcelana. La mantengo desnuda, lista para mi, saco mi verga endurecida y comienzo a masturbarme, la deseo, la deseo tanto como la quiero ver sufrir, por ser tan perra. En el pasado hubiera olvidado todo, pero ahora no, no desde que Rayan apareció.
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