La alarma sonaba insistentemente y solo quería estrellarlo contra las paredes para que dejara de sonar. Sofía finalmente se dio por vencida y salió de entre las sabanas, apago la dichosa alarma y fue al baño, para ducharse, cepillarse y estar lista para irse al conservatorio de música donde ya estaba en su último año. Parecía mentira que ya hubieran pasado 3 años desde que llegó a Paris, al principio con su corazón destrozado, pero como dicen el tiempo es la cura para todo y ahora se podía decir que era una chica feliz, con metas realizadas, y muchos sueños para el futuro. Al bajar a la cocina se encontró con su compañera de apartamento Susy Lancaster que también era norteamericana, radicada desde hace 8 años en Francia, un chica un poco peculiar, el gustaba los tatuajes, teñirse el pelo de azul, y es que tocaba en una banda de Rock en un bar de tercera. Sin duda todo lo opuesto a ella. Pero era una chica sincera y eso las llevo s
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