Cuando era más joven, nunca pensé mucho en el mundo real. Mis sueños de convertirme en princesa y ser salvada por un caballero encantador pasaban por mi cabeza a menudo. Quería ser protegida, amada y admirada, y recuerdo haber pensado que incluso si no podía encontrar a mi príncipe o mi caballero, al menos todavía tendría un hombre en mi vida que me cuidaría, protegería y amaría.Mi papá. En ese momento, mientras miraba al hombre que una vez tuve en tan alta estima, no pude evitar querer reírme de la ironía. Siempre hay un precio por convertirse en uno mismo y el mío fue que toda mi vida, al menos la mayor parte, había sido una mentira. Emrys, mi caballero y mi pareja, estaba a mi lado y rodeó mi cintura con su brazo de manera protectora. Levanté mi barbilla y hablé."James". No un “hola” ni “me alegro de verte”, y tampoco “te extrañé”. Incluso mi voz era firme, a diferencia de mi corazón y palmas sudorosas. Mi una vez considerado padre palideció, aunque sabía que yo sabía la
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