EPÍLOGOComo era de esperarse, en las pequeñas vacaciones que tomamos mi esposo y yo, resulté embarazada. No era para menos, hicimos la tarea juiciosamente cada noche hasta que los resultados se vieron reflejados tres meses después. Tras la noticia el hombre que más en el mundo no cabía de dicha y felicidad.Si antes Kilian era un hombre más cariñoso, atento y tierno, desde que se enteró del embarazo y hasta el día de hoy en el que nuestro primer hijo ha llegado para complementar nuestras vidas, es el doble. Tan solo con darnos una mirada nos protege y nos dos demuestra lo mucho que su vida es una completa maravilla.Mailen nos ha hecho conocer y experimentar el amor más puro que un ser un humano puede sentir. De boca de muchas personas, escuché la enorme felicidad de ver a sus hijos nacer, pero no es hasta ahora que esa felicidad se queda corta con la que hay en mi interior al v
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