Nina:—¿HIJOS? —asiente confundido.—Sí, tendremos hijos —mi rostro debe de ser un poema—Bueno si pero… en unos años y…—¿Años?, claro que no Nina, debemos concebir en cuanto nuestra boda se haya celebrado —una uva se atora en mi garganta y me obliga a toser.No consigo sacarla, Anker se pone histérico y me entrega un vaso de agua, niego varias veces pero tomo el vaso, y al instante mi garganta queda liberada.—¿Estás bien?, ¿Nina?, contéstame —asiento mientras tomo aire para decirle, ¡QUE ESTÁ JODIDAMENTE LOCO!—¿Hijos?, Anker soy muy joven para tener hijos y… —su rostro se transforma.—Nina esto es una tradición, debemos concebir —frunzo el ceño y miro hacia otro lado.—Creo que eso no me lo espe
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