“Lo gracioso es que estando afuera de prisión era un hombre honrado, recto como una flecha. Tuve que entrar en prisión para convertirme en un criminal.” – Tim Robbins Capítulo 8: El Corralito Cristopher corría a través de un túnel, intentando llegar hasta su madre, la cual lloraba desconsoladamente. Sus manos estaban extendidas hacia él, en señal de ayuda. Pero, por más que lo intentaba, no se acercaba a ella. Al contrario, cada vez se alejaba más...Los párpados de Christopher comenzaron a separarse con dificultad, puesto que la luz golpeaba con fuerza sus ojos. Tardó unos segundos poder acostumbrarse a la iluminación, pero cuando lo hizo, observó que estaba en una habitación completamente blanca. Había únicamente algunos gabinetes a la derecha, una mesita a un cos
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