Matheo—¿Qué haces aquí? —Se sobresalta al escucharme. Se gira hacia mi, asustado.—¡Mierda! No me asustes así, puedo morir. —Responde cabreado. Sé que es por unos minutos.—Asisto a tu funeral y ya. —Se tira en el sofá, como si mi oficina fuera su casa. Tomo asiento cerca también y lo fulminó con la mirada.—¿Podrás vivir sin este guapo en tu vida? —Una sonrisa sale de mi, sin poder evitarlo.Lo cierto, es que mi mejor amigo —Adrien D'angelo — es el hombre con más ego que conozco. Nos conocimos en el jardín de niños, él era apenas un mata de rizos que era lo que más sobresalía de él. Tanto él como yo, éramos muy traviesos. Nos juntaron porque yo, le vacíe pintura negra en el cabello de una niña, en mi defensa fue porque se comió mi merienda y yo no compartía mi comida con nadie. Adrien para ayudar a la niña le echo agua en el cabello, lo que él desconocía en ese momento fue qu

Es el día.  Y estoy algo nerviosa. —¿Se escucharon agradables? —Pregunta mi mejor amiga. —Si —Susurro. —¿Entonces? —La detalló y sólo lleva una toalla enrollada en su cuerpo.  —Es que todo esto me pone nerviosa —Hago otro intento de subirme la falda de cuero que escogí para llevar hoy, pero no sube —Joder... —Otro intento — Está cosa... —¿Te creció él trasero? —Pregunta Ross. —Yo lo veo igual... —Subo la falda de golpe —Joder... Por fin, entro. &m