Mi cabeza daba vueltas, todo estaba mal, o al menos eso creía, cuando aquel chico me dijo que era mi primo, no lo podía creer, mi madre tendría que darme muchas explicaciones, para empezar, no sabía que tenía una hermana, toda mi vida había vivido dentro de una mentira, recuerdo que cuando era más pequeña, solo una vez le pregunté porque no tenía primos con los que jugar, a lo que ella muy amable me contestó que para eso estaba Milan, que él llenaría todos mis vacíos, después cuando cumplí los once años, me dijo que toda su familia vivía muy lejos, y que era lo mejor, pero ella no hablaba más del tema y yo no preguntaba, porque realmente no me importaba.Y ahora, de la noche a la mañana salía de una prisión, le conté mi secreto a
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