-Espera, esto parece un mal chiste- dijo Ángel - ¿Ese sujeto cree ser yo? -Sí, por raro que parezca, alguien quiere ser tú, pobre alma en pena- respondió Enzo. Ángel se limitó a no responderle, hacer quedar en ridículo a Enzo se había vuelto aburrido con los años. -Madre tu eres la jefa- dijo dirigiéndose a Bianca -tu dirás qué hacemos. Bianca quedó pensando por un momento antes de responder. -Nada, si nos da tiempo quiero aprovecharlo, hay hombres de sobra para cazarlo sin tener que caer en su juego y antes que tenga la oportunidad de decirle a alguien que Alessandro está vivo. Tenemos que coordinar también el viaje a Milán. - ¿Milán? - preguntó Ángel extrañado. -Sí, si tenemos que lidiar con un loco, prefiero hacerlo donde tengamos más respaldo del que tenemos aquí, Palermo es seguro, pero ya no es nuestro como hace años, para eso falta. Milán es otra historia, tenemos la Casa de Moda
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