Tres años después.Mientras sostengo la copa de vino en mi mano, observo el mar por el ventanal. Gigante y extenso, azul y hermoso. La manera en que la luna se refleja en él, es magnífica. Nunca pensé que amaría tanto este lugar, nunca pensé que nos quedaríamos aquí en México, en la casa junto a la playa, donde hace unos años, también estuve con Erik.Erik, ¡Dios! No lo extraño de nada, ni un poco y sé que suena horrible porque él se enamoró de mí, pero a veces no te corresponden y ése fue su caso. Yo elegí el amor, yo elegí estar con quién amo, yo elegí a Chris.Sonrío como estúpida al pensar en él, cada día durante estos tres años, han sido un sueño, cada día lo amo más, cada día lo veo y juro por Dios que no quiero ver a nadie más. Lo amo con toda mi alma, lo amo más que a mi vida.Siento unos brazos gigantes alrededor de mí y vuelvo a sonreír; es él.—¿Cómo estás, hermosa? —su dulce voz me inunda los oídos.—Muy bien, gracias a ti —él se ríe y me toma de la mano. Deja la copa de v
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