Inicio / Acción / El Caso de la Mariposa Monarca / Capítulo 51 - Capítulo 55
Todos los capítulos de El Caso de la Mariposa Monarca : Capítulo 51 - Capítulo 55
55 chapters
Capítulo 33: parte 2
Gabriel POV:   Todos volteamos a verlo más que sorprendidos – Ragazzos – llamó Olivare – Flavio está aquí no solo porque desea ayudar a Celestia, él también está acá porque quiere limpiar su conciencia y… quizás su expediente – regresamos la mirada a él.   -Yo estuve un tiempo trabajando para Donato – admitió, fruncí el ceño – Siempre he tenido ciertos problemas en mi familia y cuando conocí a Donato y a los demás, creí que mejoraría mi situación, me gustaba pasar tiempo con ellos para no morir en mis angustias y penas hogareñas – suspiró cansado – Al tiempo, los chicos y yo supimos que Donato vendía droga en el campus y fuera de él, lo supimos porque él nos dijo que si queríamos tener la oportunidad de no solo vivir del dinero de nuestras familias él nos ayudaría a lograrlo – se volvió a sentar a su silla – Es así que los chicos y yo decidimos darle una oportunidad al “negocio” y junto a Donato nos atrevim
Leer más
Epílogo:
Celestia POV:   Dos semanas después del atentado… Creía que los campos florales del amor y la amistad podían ser un mito o una forma de engañar a las demás mariposas del mundo. - ¿Necesitas que vayamos a tu casa? – preguntó Fede con un tono y gesto de preocupación. Ahora me daba cuenta de que estaba equivocada, ahí estaban ellos demostrando con paciencia y cariño que mis ideas eran erróneas, todo lo que hicieron por mí y todavía estaban mucho más que pendientes de mí desde ese horroroso momento. -Tranquilos, todo está bien – sonreí observándolos a través de la pantalla – He estado trabajando en mí para regresar pronto – ya eran dos semanas que no iba a la universidad luego del atentado. -Nos alegra saber que volverás, te hemos extrañado muchísimo – sonrió Máss con ternura – Te enviaremos lo que vimos hoy en clases – ellos habían estado mandando todo, des
Leer más
Epílogo: parte 2
Unos días después…   Los chicos han estado viniendo en los últimos días para hacerme compañía, para ayudarme con los trabajos de la universidad y para seguir creando buenos momentos juntos, después de todo, ellos sí se habían ganado el verdadero título de amigos. -Ni se te ocurra Olivare ¡esa última galleta es mía! – gritó Fede peleando con Franco por la última galleta. Franco tomó la galleta con una sonrisa de suficiencia y estaba a punto de meterla a su boca cuando Fede se atreve a lanzarse a él y comenzar a pelear la galleta. Algunos de los chicos rieron junto conmigo mientras que Máss solo negó con la cabeza y una sonrisa divertida, volteó a verme. -No puedo creer que soportes el escándalo que hacen – tomó de su vaso de jugo - ¡Son unos irrespetuosos en casa ajena! – levantó la voz y su tono dejaba ver que hablaba en serio y en broma al mismo tiempo. -Díselo al ladrón de gall
Leer más
Epílogo: parte 3
Veía el nombre de tía Aileen en el identificador de mi celular mientras sonaba la típica melodía de llamada. No sabía si debía contestar. -Háblale – instó mi madre. -No tengo ninguna respuesta aún, madre, no puedo escoger ahora – el celular seguía sonando – Se supone que esto lo hablaríamos más adelante. -Lo sé, mía vita, pero tu tía considera que estarías mucho más segura si te fueras con ella y aceptaras la propuesta – suspiró cansada – Le aterra que te pase algo, como a nosotros, pero esta es tu decisión, aunque no quisiera que te fueras amore mío. -Pero sé que te preocupa que aún pueda estar en peligro – terminé lo que pensaba y no deseaba decir. -Muchísimo
Leer más
Epílogo: parte 4
Tres días después:   En algún lugar de roma… Son las 8:00 p.m., la hora exacta en la que habíamos quedado con él para nuestra reunión. Contactarlo y solicitarle una reunión por negocios fue sorpresivo para él a pesar de que quiso parecer que no lo era. Habíamos entrado a una mansión en una de las mejores villas de Roma, Giordano nos había recibido en su “mansión de trabajo” para poder hablar más seguros y tranquilamente del negocio a realizar. Flavio era el único que me acompañaba, habíamos decidido que él me apoyaría en mi relato ya que era el indicado para contar lo que había escuchado y visto de Donato, íbamos vestidos con pantalón de lona, una playera negra, una chaqueta de cuero negra y unas Vans. -El signor Marino los espera en su oficina – habló el hombre que nos había guiado por todo el camino. -Perfetto, grazie mille
Leer más