El ruido que provoco la caída de la varilla hizo que Williams se alertara, al escuchar el ruido, colgó de inmediato la llamada y salió del dormitorio lo más rápido que pudo. Una expresión de alegría y satisfacción apareció en el rostro de Williams al ver a Rachell ahí donde fue el ruido. – Presidenta, sabes que es de mala educación escuchar las conversaciones de los demás. –Mostro una sonrisa perversa. Rachell estaba nerviosa y asustada por lo que había pasado, pero no debía dejar que Williams viera como se estaba sintiendo de verdad, tenía que fingir. – ¿De qué estás hablando?, yo recién estaba llegando, iba a la oficina del director para hablar unas cosas con él, más bien, ¿Qué haces tú aquí Williams? –Rachell cambio muy inteligentemente el tema de conversación, ahora en contra de Williams. – Eres muy inteligente cambiando el tema de conversación, eh presidenta, te admiro por eso, por algo eres nuestra presidenta, pero sé muy bien que estabas escuchando mi conversación con Víctor
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