Las puertas de la oficina del general se abrieron por completo antes que Jack entrara con sus poderosas botas militares. —Jack…— murmuró con felicidad. Verlo de nuevo frente a él significaba una sola cosa, Cleo estaba de regreso y a salvo. — ¡Red Light se, general!— soltó, saludando a su superior con respeto. — ¡He terminado mi misión, señor!—anunció, hablando en un tono alto— ¡La señorita Cleo ha llegado a la base tal como se lo había prometido, señor! —Descansa— soltó el general, dibujando una sonrisa en su rostro al verlo de nuevo. 
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