Me despierto cansado, si es que conseguí dormir algo, afuera aún está oscuro, pero no más que mi corazón.Ayer seguí a Emily hasta su departamento, pero en cuanto puse un pie en el edificio me negaron la entrada. Le supliqué que me dejara entrar, que ella solo estaba enojada conmigo porque habíamos discutido, pero se negó diciendo que, si me permitía entrar, él podía perder su trabajo.Pude irme a beber, a buscar desahogarme de alguna manera, mas mi alma estaba tan desecha que solo pude manejar por inercia hasta mi departamento y encerrarme.Me siento en la orilla de la cama, con la cabeza entre las manos, buscando la manera de salir de todo esto. De llegar a ella, pero luego de tantas horas de pensar, sencillamente concluyó que fui un completo imbécil, porque ella siempre tuvo la razón.Creí conocer a esa maldita arpía, olvidé lo
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