Josué—Mi intención no es confundirte más de lo que ya lo estás, —me explicaba Alexander. —pero tenía que decírtelo ya, ya es más de un mes guardando lo que siento por ti.—No sé qué decirte, la neta. —dije yo muy nervioso y sin verlo a la cara.—No me digas nada. —bajó la mirada.—Es que, Alexander, tú a mí no...—No digas nada. —me interrumpió.No sé qué estaba pasando, pero Alexander se acercó a mí, cada vez se acercaba más, hasta que sentí su respiración muy cerca de mi rosto y... ¡Oh por Dios! ¿No lo hará o sí? — pensé. — Y sí, sí lo hizo, Alexander me besó y en ese momento, en ese preciso momento...—Josué... —Al escuchar esa dulce, tierna y cortada voz, tan pero tan conocida, empujé a Alexander y me levanté rápidamente.—Mi niño, no es lo tú...—dije nervioso tratando de explicar, per
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