Todos los capítulos de “Serie Jefes enamorados 1: Un hijo para mi jefe: Capítulo 21 - Capítulo 30
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Capítulo 21: Ernest Hossen.
Mi cuerpo reacciona veloz por primera vez y me doy cuenta de mis palabras, de inmediato ante la estupidez que acaba de salir de mis labios, me alejo de Timotheo e intento ocultar mi rostro. Sé que tiene muchas preguntas y lo noto en sus ojos, justo cuando abre la boca, doy un paso hacia atrás.—No tenía por qué decir eso. —Le digo deteniéndolo.— olvídalo. —Por alguna razón, lo has dicho. ¿Te sientes bien? —Pregunta y su tono de voz de inmediato me hace sentir como si estuviésemos en confianza, aunque la verdad es que no conozco a este hombre de ningún lugar, pero a la vez siento que lo he conocido toda la vida.—Estoy bien y ahora, debo volver a mi escritorio.Me escabullo alejándome de él y de sus preguntas, de todas las dudas que sé que debe de tener, el no conoce mi vida personal, no sabe que me involucre con el que ahora
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Capítulo : Algo importante
—Entra a la oficina, Priscila. —Escucho que él le dice y me sorprendo con la acidez con la que habla.No sé si es por hacerme creer que ellos no tienen algo, que no es importante o que él y yo tenemos la oportunidad de volver a estar juntos.Aunque debo recordarme que en ningún un momento estuvimos juntos como la palabra se refiere, con el significado que me gustaría que hubiese sido.Él y yo no tuvimos nada de lo cual pudiéramos contar en un futuro, no más que el simple hecho de haber tenido una fantasía cumplida. Un romance idílico. Fuimos dos actores de teatro en una obra muy mal realizada, con un final atroz.Ella me observa, luego lo mira a él, agacho la mirada. No quiero que vea en mis ojos el apego que le tengo a ese hombre, a pesar de haberme traicionado y de haber reducido mi vida a estar embarazada.Él no lo sabe y siento que de pasar má
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Capítulo 23: Necesito hablar con ella.
 —¿Vas a decirme de una vez por todas por qué diablos te enfrentaste a tu padre en plena calle? —Me pregunto a Timotheo, y la verdad es que no tengo una razón lógica para darle.De haber estado en mis cabales, estoy seguro de que no lo hubiese golpeado delante de toda esa gente.—¿Qué quieres que te diga? Perdí el control. —Admito, mientras me sirvo una copa de Macallan.—No puedes estar perdiendo el control, es una maldita figura pública. Eres el director administrativo de una empresa multinacional. No puedes andar por ahí entrando la golpees a tu padre. —Sé que es lo que Timotheo me dice tiene razón, sé que no puedo estar perdiendo el control, pero de igual forma, al ver los moretones en el cuerpo de mi madre, todo lo he visto en rojo.Soy un tipo pragmático, normalmente cálculo las cosas ant
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Capitulo 24: Dispuesta a todo
Despierto con una jaqueca atroz, abro los ojos, molestándome la luz.El sonido de las voces de mis hermanas y mi madre llena el lugar a pesar de que tengo la puerta cerrada. Entro al cuarto de baño. Me doy una ducha rápida dejando que el agua se lleve a mis penas, al menos las que pueda.La conversación con mi madre fluyó como jamás imaginé. A pesar de que creí que me gustaría que me daría con una tabla en medio del rostro, cosa que merezca, me involucre con un hombre comprometido, mi madre y yo sabemos que eso es terrible para una familia. Mi padre hizo lo mismo hace largo con otra mujer y aunque no lo dijo en su momento, al tiempo lo descubrimos.—No tienes la culpa de que ese hombre sea un desgraciado, igual que tu padre. —Me dijo ella sonriendo, triste, mientras acariciaba mi cabello. —Tú eres una mujer extraordinaria y mereces todo el amor que cualquier persona se
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Capitulo 25: Ciega
El tráfico estaba de los mil infiernos, pero al final logré llegar a la casa de mi madre, subí en el ascensor mientras sentía que mi corazón deseaba salirse de mi pecho.Una conversación sería, eso iba a tener con mi madre, le iba a explicar cuál era la situación, esperando que pudiera comprender. Esto es de vida o muerte. Ella no lo ve así, pero intentare que lo comprenda.Con el sol afuera a las nueve de la mañana y el sueño aun haciéndose sentir en mi cuerpo,  entro al apartamento de mi madre, Ana Marie de inmediato me recibe con una taza de café, el cual tomo a gusto pues necesito la cafeína hoy más que cualquier día.La noche anterior, después de Priscila irse de mi apartamento me terminé la botella de Macallan. La resaca que tengo ahora mismo está de los mil demonios, pero lo necesitaba. Necesitaba descansar, dorm
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Capitulo : La verdad sobre Tim
Minutos antes.  —Gracias por aceptar tomarte el café conmigo. —Escucho que me dice mientras entramos y tomamos haciendo en la cafetería que está bastante cerca de la empresa. —No iba a dejarte ir a recursos humanos con ese estado de nervios.No sé porque lo he hecho, no sé porque razón le conté mi mayor secreto y peor temor al mismo tiempo. Pero con ese hombre de ojos verdes es tan fácil hablar.—Te he contado mi secreto mejor guardado, así que lo mínimo que puedo hacer es tomarme un café contigo y asegurarme de que no le cuentes a nadie.—Yo también tengo que confesarte algo. —Dice, y nos quedamos en silencio en automático cuando la camarera se acerca a nosotros, aunque mis ojos se agrandan al escuchar sus palabras. — Tráenos dos cafés descafeinados y un poco de leche aparte.Leer más
Capítulo 27: Una bala dolía menos.
 La rabia que siento ahora mismo no se compara con ninguna que hubiera sentido antes. Me pasé toda la noche pensando en ellos dos, haciendo toda clase de cosas. Mis celos no son irracionales. Pensar que mi primo y ella están de una forma u otra involucrados. Aunque Timotheo me contó que anda pasa, no puedo evitar estar furioso.Es una tontería porque lo que he visto en esa mujer es que jamás traicionaría a nadie y quizás por eso es que no me da la oportunidad de explicarme, de darle las razones por las cuales tengo que casarme con Priscila.Estamos en el siglo 21, estamos en una época donde el libertinaje, la libertad, rayan en lo mismo. Estoy seguro de que ella no va a creerme ¿quién diablo se comprometería con alguien que no conoce?De forma tonta los padres de Priscila creen  que esto es lo correcto y es lo ideal para nosotros.¿Cómo pueden casa
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Capítulo 28: Agonía
Aún después del almuerzo, tengo el corazón acelerado por la charla con Ernest. Jamás creí que pudiera tener los cojones para hablarme así como si él fuera el ofendido, como si yo hubiese sido la que mintió todo este tiempo, la que le vendió sueños y pajaritos en el aire a una desconocida en Canadá.Y él viene con sus palabras, baratas con su sentimentalismo, haciéndome creer que en verdad le importo, que está preocupado por mí, que le duele lo que me suceda, pero es pura mentira. Ya no voy a creer. En ninguna de sus absurdas palabras.Por mí, puedo ir al infierno y a su familia se la puede llevar el demonio.Aunque Timotheo me escribió en la mañana para vernos y almorzar, le dije que no quería volver a hablarle en toda mi vida y voy a sostener esto hasta que me sienta capaz de perdonarlo, porque a la larga, esa rabia y ese odio sol
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Capitulo 29: No deseo hacerlo más.
 Tres días después.  —Me tienes allí a una incapaz, un incompetente, que no sabe cómo organizar una agenda. Tengo tres días esperando por una respuesta.—¿Por qué no piensas en lo que le hizo tu novia a esa pobre chica? — me dice Marly con tono agrio.Normalmente no acepto esa falta de respeto, no cuando soy el director administrativo, no cuando todo tiene que pasar por mi mano.Yo estoy a cargo, y no tolero las sublevaciones.Pero Priscila Domert se está encargando de poner a todos en mi contra.Así que la mejor alternativa, al menos con Meldy es recibir sus insultos.—No me vengas con esa historia barata, tiene tres días sin venir. —le digo tomando asiento frente a ella. — ¿Qué razones te ha dado?—Ernest, tiene tres días sin venir porque no se si
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Capitulo 30: Una sorpresa poco ideal.
 —¿Lo sabías? —le preguntó a Timotheo con el celular en manos libres mientras conduzco con dirección a cualquier bar que me venda el suficiente alcohol, para olvidar el hecho de que mi Bonnie está embarazada.—¿De qué diablos estás hablando ahora, Ernest? —Pregunta a mi primo haciéndose el desentendido.Le conozco demasiado como para saber cuándo está mintiéndome.O, como en este caso, cuando está omitiendo la verdad.—No me vengas con esas cosas, Tim.—Ernest lo que sucede en tu vida no es problema mío.—¿Ahora no es problema tuyo? —Suelta una carcajada desprovista de alegría. —Me parece irónico que ahora no sea problema tuyo cuando fuiste tú precisamente el que me llevó a Vancouver para olvidar el jodido compromiso con Priscila.—
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