olivia Me desprendo del cálido abrazo de mi hija, aún con mis emociones a flor de piel. Me enjugo unas lágrimas y acaricio la mejilla de mi niña, que me sonríe, resplandeciente. Miro por arriba de su hombro y mi mirada se conecta con la de william. En ese mismo instante, nos transportamos en una burbuja, donde... todo alrededor desaparece... Y por un mileimo de segundo, me permito soñar, que solo, existimos nosotros dos. Mi corazón se arebola, cuando william, detalla cada centímetro, de mi rostro, incrédulo. Pero volvemos a la cruda realidad, debido a
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