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Todos los capítulos de La no historia de Burton Miller : Capítulo 11 - Capítulo 14
14 chapters
La piedra en el estanque
ESCENAVLA PIEDRA EN EL ESTANQUEUna luz blanca inundaba toda mi visión y al terminar dedifuminarse, me vi junto a diversas clases de planos que seesparcían por toda la habitación junto a una serie de apuntes sobre fórmulas y esquemas.Entre ellos, se describía lateoría del agujero de gusano la cual era el atajo a través delespacio y el tiempo del que hablaba Einstein. De improviso, me adapté a la situación rápidamente y supe de qué setrataba: El archivo titulado “Buscando el origen” estaba entre un cúmulo de libros y cajas. Al leerlo, pude compro bar que me encontraba creando la nave.Tenía presente todo lo sucedido antes de despertar eneste lugar nuevamente, pese a la duda de que todo haya sidoun sueño raro desde el comienzo. ¿Cómo estar seguro deque no estoy loco? Tenía la certeza de haber estado enmuchas otras vidas, como
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Tercera parte
TERCERA PARTEESCENAILA CARRERAHoy desperté a orillas de un lago muy hermoso, en mitad deun valle lejano, y junto a mí una bella joven con cabellosrizados descansaba plácidamente. Eran alrededor de lasseis de la mañana y el poderoso sol nos llenaba de calor y energía con sus destellos de luz que reflejaban la belleza dellugar en las aguas. Apenas podía ponerme de pie, por lo quedecidí sumergirme en el lago y refrescarme para detener unpoco el dolor de cabeza que me aquejaba. Poco a pococomencé a recordar lo que una semana atrás me había ocurrido: era un día festivo en aquel acogedor pueblito. Habíamúsica alegre y coloridos cartelones que decían“BIENVENIDOS A NUESTRA MARATÓNETÍLICA”, la cual hacía referencia a una borrachera generalizada y no a un deporte específico.Yo era uno de losparticipa
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El REENCUENTRO
ESCENAIIEL REENCUENTRODe pronto, algo inusual en esa vida me ocurrió. Volví a per der la conciencia y desperté en otra vida, tal como me habíasucedido en otras ocasiones. Esta vez me encontré con unfrío y húmedo clima de invierno. El viejo coche que metransportaba botaba humo negro y las piezas del motor pare cían querer salirse de su lugar. Las bocinas de los automóvilessonaban por todas partes, y el cartel que decía: Prohibidohacer ruido, parecía no importarle a nadie. El bullicio ensordecedor de la muchedumbre no me dejaba ni pensar y eldolor que mi pobre cabeza sufría se tornaba insoportable.Yo no estaba muy consciente de aquella realidad, y minovia, en aquel entonces, una bellísima mujer de 24 años deedad, había terminado su profesión hacía poco tiempo, yfue muy difícil la decisión, pero viajó fuera del país paras
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Epílogo
EPÍLOGOSin luces ni sobresaltos, tomé conciencia nuevamente yescuché la voz de la partera, quien muy llena de emocióndecía.–Es una hermosa criatura.–¿Cómo se encuentra ella? –pregunté muy asustado…–Su mujer está en perfecto estado. Usted es padre de unhermoso varón –me respondió después de segundos.–¿Varón? –pregunté con asombro. –¡Sí!, un sano y robusto varón. Su mujer quiere que pasea verla para que elijan el nombre.Al escuchar eso, salté de alegría ya que nadie moriría y lahistoria no se tendría que volver a repetir.–¿Cómo te sientes preciosa? –le pregunté con ternura.–Muy bien mi amor –me respondió.–Lograste que sea el hombre más feliz del universo, asíque quiero que seas tú la que elija el nombre de nuestro hijo.–¿Estás seguro de eso?–Completamente –le respondí muy seguro.El
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